Suplementos alimenticios: todo lo que debes saber de ellos
Existen varios mitos y realidades que giran en torno a los suplementos alimenticios, sobre todo en el mundo del deporte, sin embargo estos complementos pueden incluirse en la dieta de cualquier persona, independientemente de si práctica algún régimen de entrenamiento.
¿Qué son los suplementos alimenticios?
Los suplementos alimenticios son un complemento a la alimentación diaria de una persona, están elaborados con hierbas, extractos vegetales, alimentos tradicionales, deshidratados o concentrados de frutas.
Cumplen la función de incrementar, complementar o suplir algún componente que no se incluye en la dieta regular. Es importante señalar que ningún suplemento puede sustituir a un alimento convencional y tampoco son alimentos.
La presentación aprobada en la que se pueden ingerir estos complementos, son:
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- Cápsulas
- Tabletas
- Comprimidos
- Jarabe
- Suspensión
- Emulsión
- Barras
- Jaleas
- Bebidas (polvo para reconstrucción o líquido)
Los suplementos alimenticios, no son:
- Medicamentos que curen, traten o prevengan enfermedades, así como aliviar síntomas graves de las mismas.
- Tampoco funcionan para combatir la obesidad o bajar de peso
- Jamás deben usarse como afrodisíacos. No es su función y no existen suplementos de está naturaleza.
Cualquier marca o persona que diga vender suplementos alimenticios en presentación de confitería (caramelos, paletas o chicles), parches, soluciones inyectables, entre otras, podría ser un engaño pues estas presentaciones no son las adecuadas y autorizadas para suplementos alimenticios.
Tres mitos y realidades de los suplementos alimenticios
Antes de pasar a los rumores más famosos que giran en torno a este tema, es muy importante señalar que comenzar a incluir suplementos alimenticios en la dieta diaria, es una decisión que debe tomarse con la ayuda de tu médico de cabecera, así como nutriólogo, para sacarle el mejor provecho a estos complementos.
Ahora que sabes un poco más sobre estos suplementos, te vamos a compartir los tres mitos más persistentes que giran en torno a ellos y la verdad que se esconde tras ese rumor.
Mito 1: Hagas ejercicio o no, el consumo de proteína aumentará la fuerza y la masa muscular.
En la realidad esto no es así. Ningún suplemento puede garantizar el aumento de masa muscular, si no se hace ejercicio y se lleva una buena alimentación.
Mito 2: A la larga los suplementos con proteína causan daño en el riñón.
No es cierto, siempre y cuando se tomen con responsabilidad y siguiendo las indicaciones del médico. El exceso es el problema. Cuando el cuerpo ingiere proteínas, estas se degradan hasta formar aminoácidos y a la vez producen amoniaco.
El amoniaco se convierte en urea y esta pasa a los riñones para ser excretada. Cuando un riñón está sano, este proceso lo realiza con facilidad.
Mito 3: Todos los suplementos sirven para lo mismo y cualquiera los puede usar.
Esta es una afirmación con la que hay que tener mucho cuidado. Los suplementos están hechos con diferentes ingredientes para complementar la nutrición.
Para empezar a consumir alguno de ellos, es necesario la consulta con un nutriólogo para que recomiende el adecuado y de acuerdo a las necesidades de cada persona.